Lecturas favoritas de 2024
Mi año de lecturas fue realmente vertiginoso. Pasaba de un libro a otro completamente distinto. Mientras terminaba de escribir el propio, que me demandaba lecturas muy especializadas de historia, de economía y de ciencia, me distraía con una variedad de libros de todo tipo para desestresarme del trabajo y además lidiar con una enfermedad que terminó llevándome al quirófano a finales de noviembre. Todo salió bien afortunadamente. Terminé mi libro, fue aceptado para publicación y la cirugía no pudo salir mejor. Aquí les comparto algunas lecturas predilectas que me acompañaron en esa montaña rusa que fue 2024.
The Peregrine – J. A. Baker
No me cansaría de hablar de este libro tan enigmático, tan inclasificable, tan profundo. Como mencioné en una ocasión, las primeras veinte páginas son probablemente las más bellas que se hayan escrito sobre un animal, mientras que el resto narra el viaje de un hombre que lleva al límite su humanidad al fusionarse con un paisaje, al perseguir a un ave, al diluirse con una obsesión. En este caso, el halcón peregrino, cuya representación literaria en las letras inglesas es vasta y al cual Baker le dedicó diez años de su vida. Para muchos lectores, The Peregrine es una cumbre de la nature writing y está al lado de Walden o de Primavera silenciosa.
Tarka, the Otter - Henry Williamson
Otro inclasificable no por su género —es una novela— sino por su naturaleza. Williamson, un autor inglés mediano que desgraciadamente se dejó seducir por el fascismo, escribió esta obra que cuenta la vida de una nutria, y todo normal hasta ahí, pero el problema es que se sale del cajón que comúnmente le asignamos a este tipo de libros; no es fábula, tampoco cuento infantil, ni mucho menos fantasía. Se trata de una novela hasta cierto punto realista que nos presenta a Tarka desde su nacimiento hasta su épica muerte y lo que la hace única es que el narrador, a pesar de que permanece indiferente y frío, cautiva por la atención a cada detalle rutinario de la vida de una tierna nutria que intenta sobrevivir en los ríos de Devon.
Las ciudades invisibles – Italo Calvino
Esta es una relectura y el libro lo recuperé hace poco después de que permaneció casi una década en cajas con el resto de mi biblioteca juvenil en México. Le tengo mucho cariño a pesar de ser una edición poco elegante —no es la de la imagen—, pero la traducción, hecha por la gran Aurora Bernárdez, la compensa. Ahora que lo releí me di cuenta de cuán tristes son las ciudades que habitamos, transformadas en meros espacios de especulación financiera y de acumulación de capital y no construidas de vivencias, de deseos, de memoria y de imaginación. Para mí Calvino nunca decepciona.
Nagori. La nostalgia por la estación que termina – Ryoko Sekiguchi
“Nagori evoca, ya nuestra nostalgia por algo que nos abandona o que nosotros abandonamos, ya la noción de algo que trasciende ligeramente su estación, como si ese algo (flores o nieve, por ejemplo) abandonara de mala gana este mundo y la estación que le es propia. Tanto la cosa contemplada como la persona que la contempla expresan la pesadumbre de la partida.” Y así podría seguir transcribiendo cita tras cita de este opúsculo de la nostalgia sobre los alimentos, los frutos, la separación y las estaciones. Es tan bello como lo sugiere la portada misma.
Utopía – Tomás Moro
Podría decir muchísimas cosas de este texto fundacional. Muchas cosas. Es más, podría dar una clase acerca de Moro y su Utopía. No estoy fanfarroneando. Lo que pasa es que lo tuve que leer varias veces porque el primer capítulo de mi próximo libro trata de eso precisamente. Ojalá que esto los anime a adquirirlo una vez que se publique el próximo año, ya que interpreto el texto con una mirada histórico-económica a partir del surgimiento del capitalismo y las revueltas de campesinos al final de la Edad Media y principios de la modernidad.
El maestro y Margarita – Mijaíl Bulgákov
He leído a casi todo Bulgákov—en inglés—, sus novelas tempranas y las de madurez. Sin embargo, curiosamente, tenía pendiente su gran novela, una de lo portentos literarios del siglo XX. No era la historia que esperaba, pues entré en ella sin ninguna expectativa y terminé saliendo extasiado. Algunos capítulos son realmente intensos y, si me dan a escoger, mi favorito es en el que Margarita, convertida en bruja, aterroriza cómicamente a todos aquellos que la han perjudicado. Y el capítulo de la era de Jesucristo. Y el de la gran fiesta diabólica. Y el de… Bueno, lo tienen claro: ¡me fascinó!
Palestinian Walks: Forays into a Vanishing Landscape - Raja Shehadeh
Llegué a este libro gracias a un capítulo de The Old Ways de Robert MacFarlane, otro gran caminante y ensayista de la naturaleza —escribió el prólogo de The Peregrine, por cierto—. Con esta lectura me desmoronaba a cada página. Shehadeh, escritor, abogado, activista y amante del senderismo, nos enseña la belleza de una Palestina atosigada por el colonialismo israelí. Su amor por el paisaje, las colinas —algunas de la era de Jesucristo— y los olivos palestinos se convierte, página a página, en un amasijo de abatimiento, frustración e impotencia al ver cómo los asentamientos ilegales destruyen poco a poco su nación. Sus excursiones son un viaje en la historia hasta topar con un presente totalmente opresivo. Al final, el autor nos ofrenda una desesperanzadora situación en este libro de 2008. Hoy desgraciadamente sabemos que no estaba equivocado.
The Parable of the Sower/The Parable of the Talents
– Octavia Butler
Este díptico fue un gusto inesperado. Tenía conocimiento de que era un clásico de la ficción distópica, pero lo realmente alucinante para mí fue la capacidad visionaria de Butler para predecir nuestro presente. En un planeta y civilización colapsados, donde predomina el interés propio, el crimen, la esclavitud y los populistas religiosos, nos presenta a una personaje principal esperanzadora, Lauren Olamina, quien padece de una afectación muy singular llamada “hiperempatía”, o sea, es capaz de sentir el dolor físico de los demás con tan sólo presenciar su sufrimiento. No sé si se trate de una habilidad o una enfermedad, aunque tal vez podríamos beneficiarnos de experimentar tal cosa para reconocernos como iguales.
MaddAddam – Margaret Atwood
Con este termina la trilogía de ficción especulativa de la autora canadiense, una de las mejores sagas del género en este siglo. El final me dejó enternecido, casi a punto de lágrimas, porque tiene una vuelta de tuerca de lo más conmovedora y porque plantea, además de una reflexión sobre la escritura y la memoria, una hermosa propuesta de futuro para nuestra especie. Los crackers, seres híbridos hechos en un laboratorio, fueron mis personajes favoritos porque se convierten en los herederos de un planeta devastado que deben reconstruir con las mismas herramientas que nos han permitido a nosotros sobrevivir hasta ahora: la lengua y la escritura. Del tríptico, esta novela es la que ha recibido peores críticas; a mí me pareció mejor que la segunda, The Year of the Flood, aunque no supera a la primera, Oryx and Crake.
The Yosemite/Wilderness Essays – John Muir
Si hay algo que admiré de estos dos libros no fue su estilo, el cual, según investigué, siempre le es recriminado a Muir, sino la capacidad que tenía para observar y memorizar los bosques y las montañas por los que caminó y vivió. Por momentos me resultaban tan impresionantes sus puntillosas descripciones que llegaba a pensar que inventó todo; nadie es capaz de aprehender un lugar con tanta exactitud. Luego comprendí que Muir en realidad era un entusiasta fervoroso de todo lo natural y lo salvaje a tal grado que tuvo que retorcer el lenguaje para poder transmitir lo magnánimo de un árbol o lo microscópico de un copo de nieve. Sin duda un autor que enseña a percibir, a abarcar con la mirada una paisaje.